Conozco este lugar… ya he estado aquí.
solía encontrarte.
Podía verte, de alguna forma extraña, destellar entre tanto espacio en blanco.
Recuerdo el brillo en los ojos, el lagrimeo constante que me protegía de la luz.
Aun retengo en mi la vaga sensación que tenía al hablarte, cuando gritando palabras sordas al espacio en blanco obtenía una especie de tranquilidad suponiendo que alguna parte de vos, al ingresar aquí, podría “oír” pedacitos de mis palabras.
Me encuentro en el umbral y todavía no he dado un solo paso.
Respiro, reconozco, miro. Pienso detenidamente y con cuidado
Como he de moverme. Los pasos precisan soltura
pero la atención requiere atención.
No debe uno moverse aquí como dormido,
porque es un espacio vacío que ha de llenarse con el caminar.
Miro hacia adelante y no hay nada. Detrás, igual. Ni a los costados.
Extraña dimensión. Muevo un poco el cuerpo sin moverme de lugar.
Se me ocurre bailar, pero sigo aun en el mismo punto.
Antes que nada quisiera poner un oído en el suelo, que es igual al cielo
y escuchar un poquito la vibración de esta amplia extensión,
que en este momento, es igual a la mía.
Escucháme - Me digo- Y escucho, en silencio, al silencio.
Reflexiono su mensaje y me dispongo a dar un paso.
Miro, en vano, el punto en el que se apoyan mis pies, pensando en el regreso.
Y ya cuando la desesperación está subiendo, a través de mi cuerpo,
hasta el pensamiento que le dio origen,
me calmo, admitiendo que no existe posibilidad de reconocer un punto en el vacio. x
Entonces me doy cuenta que he inventado una puerta para entrar en todo esto, y que ahora, o cuando quiera, debo crear otra para salir.
Las palabras como puertas, solas te atraen, solas te expulsan.
Te sumergen, te embeben, te tiñen, te pintan,
te dan temperatura,
acomodan tu postura, moldean tu cuerpo.
Y dan lugar a las sonrisas y a todos los gestos.
Y te mueven, te conmueven, te arrastran ...
dicen por vos, y te dejan decir por ellas.
(en estas circunstancias) Bien podría dejarme arrastrar
por las energías que corren,
como vientos,
por los circulados canales del sentido común.
Pero no, no me apatece.
aquello me lleva a escenarios donde lo que siento pelea con lo que percibo a través de los sentidos.
Además, me doy cuenta que adoro
encontrar espacios en blanco.
Aparecer y desaparecer
De la nada
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