lunes, 9 de noviembre de 2020

Demasiado tarde

 Luna menguante
entra por la ventana
luz plateada
envuelve mi alma. 
Despierto y recuerdo
recuerdo y despierto. 
 Lluvia, purifícame,
truenos en la tormenta,
algo así es el amor.
De nuevo sale el sol
y vuelve a comenzar
el aleteo infinito
del picaflor,
inmortal eterno Dios
que en el cielo blanco
se ríe de vos.
Apaga la televisión,
cruel realidad
está en tu interior 
son sólo momentos
de una canción
de ritmo claro y lento
¿qué mejor?
Calaveras y diablitos
invaden mi corazón. 
Alguien me dice
¡fuerza!
y salto con emoción
me siento nuevamente
como una bella flor
que sin pedir nada a cambio
te regala su rico olor pasión color.
No somos nada,
esperar que el tiempo pase
y que ese jugador de ajedrez
mueva a su antojo
las piezas humanas
que nunca descifrarán
el misterio.