Despedirse
decir adiós
al constante moverse de la vida.
Lo ínfimo de los instantes guardados
en cajas de recuerdos,
a veces olvidados
a veces presentes.
El motor de mis pasos
se detiene en el océano
brotando desde ojos eternos,
como lluvia abundante
en una noche de abrazos.
Y de nuevo, la distancia...
La mar sangrando de sargazo entre plásticos.
Intentar crecer entre atemporales templos sagrados,
escuchando el mensaje del tambor,
de las olas rotas
del agua caliente.
Miro hacia adentro y dejo sentir
el peso humano en mi efímera carne.
Y me pregunto,
qué estarás haciendo ahora?