Sentenciasté
allá a lo lejos
en la historia circular del tiempo
que los contrarios
se unen en sincroníca armonía
que nadie se baña dos veces
en el mismo río
pues es condición del cosmos
el constante cambio
que en fluidas ondas
no deja de cesar.
Me hablasté
de los sueños,
la vigilia y su muerte.
Solitario sabio de esmeraldas
y rubíes en tus ojos,
me enseñasté
que Dios está en todo,
porque es uno
y es cero;
lo múltiple , lo aparante
deformaciones
tras las que se enmascara.
Y transmuta,
incesante, como el sol,
que es del ancho de un pie humano.
El tiempo es un niño que juega con dados,
lo doble se encuenta,
se une-desune, es-no es, nace y muere.
Dormir para soñar
y vivir para morir
secretos reservados
a los que porfundizan
en la comprensión innata
de lo natural de la vida.
Ideas de oro que se
(des) moralizan
en un eterno retorno,
mientras Fanta
juega en el balcón,
y los celulares suenan
en el aire conector.
(unafilosofer)