lunes, 31 de agosto de 2015

El ingeniero que se transformó en mariposa

Lentamente él posó su ojo color diamante sobre la cerradura de la puerta,
por ese minúsculo espacio vislumbró a su mujer besandose con su hermano,
la puerta, esa franja que los separaba, estaba cerrada con una llave que nunca encontraría,
la imagen inesperada y desasonada : terror: terror de si mismo y de los seres que
día a día lo rodeaban.
Humillado, desalmado y entristecido, salió a la calle,
en dónde miles de mariposas le guiñaban el ojo,
y le proponían disfrutar del olor de las flores.
Decidido a escaparse para no volver nunca jamás,
el ingeniero, quién toda su vida había sido como una cuenta matemática,
quizó provar el sabor de no tener razones, ni tiempos, ni anhelos,
él, afligido y jocoso, tomó la desición de saber qué significaba,
en un mundo gobernado por necios,
la libertad de ser.
Entonces, miró las flores, su esposa y su hermano ya no importaban,
entonces , acarició el sol,
y sus brazos alargados tomaron el impulso de volar,
empezar todo de nuevo una vez más,
sin arrepentimientos,
sin miedos ni imposiciones familiares,
abrió sus alas y comenzo a volar,
y bajo un cielo de esmeraldas metafóricas,
contempló hormiguitas con trajes que se daban la mano,
y se encerraban en jaulas frente a pantallasos de zinc.
Adónde iría? eso ya no era problema para un ser libre:
un ser que todo lo dejá por el solo hecho de querer probar
el gusto dulce de la soledad y la alegría franca de saber viajar eternamente.

(unperroresonante)

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