martes, 18 de diciembre de 2018

Algo en el aire




Intuición,  intuir, in- tueri. Esa tarde de febrero,  llegue a entender el significado de la palabra intuición.  Esa tarde, escuche la voz, los pensamientos, sentimientos, sensaciones que se entrecruzan en un instante y nos quieren avisar, cuidar, alertar, prevenir. Es como si en un segundo pudiéramos ver y saber todo,  dar un paso y volver atrás, como un olor que se siente a kilómetros de distancia,  una alarma ruidosa imposible de no escuchar.  Esa tarde escuchamos el sonido pero no volvimos atrás, hicimos como si nada, como si nadie. Caminábamos por una calle de tierra, íbamos a contemplar el atardecer, en el pueblo en el que crecí, frente a las sierras que siempre amé. Él caminaba detrás, mirando su celular, haciendo como si nada. Su mirada de reojo llegó a intimidarnos, su gesto desinteresado con intensión perversa. Nos miramos, Mili sugirió que lo dejemos pasar, que nos alejemos. Se me cruzó un pensamiento por la cabeza, una nota saldría en el diario al día siguiente, diciendo que dos chicas fueron violadas y asesinadas en el pueblo de Unquillo.  Alerta, intuición, sentido común. El sujeto sospechoso se alejó por una plaza, lo vimos desaparecer tras los árboles mientras seguía observándonos. Algo en el aire. Pasamos por la casa de unos conocidos del pueblo, los saludé, pero quería esquivarlos, me tentaba la soledad del atardecer. El campo al que siempre iba a observar el atardecer se veía sucio, lleno de basura, botellas rotas. Algo en el aire.  Nos sentamos, estábamos tranquilas, mirando el horizonte, las formas femeninas de las montañas, imaginábamos una mujer embarazada mirando el cielo, la gran protectora de las sierras chicas. El humo se desvanecía en bocanadas espirales. De repente intuí que era hora de partir. Habiendo ya olvidado al sujeto extraño, sentí ese algo, ese miedo  inculcado por una sociedad en la que se vive con temor, “no salgas tan tarde”, “no te metas en lugares raros”, siempre me gustó desafiarle, oponerme, creer que si hay un mundo en el que no se vive con miedo. En el silencio del monte, pensaba para mis adentros, reflexionando en mis inquietudes del momento, qué sería la felicidad verdadera, le pedí al universo que me la mostrará. Fui a hacer pis tras de un árbol, y al volver el sujeto extraño, tapada su cara con una remera,  le pegaba bollos a Mili, tirada en el piso, anonadada. En ese instante sentí que estaba en una pesadilla, el tiempo se detuvo y vi la cara de la muerte tan cercana. Pensé en Mariume, ella a sus 95 años, debería estar preocupada por qué no regresábamos. Con todas mis fuerzas, comencé a pegarle, él se concentró en mí. Mili pudo pararse, volver a estar en pie. Frente a frente él y yo, sus ojos cejudos, y su murmullo animal. Mi cuerpo flaco encontró la fuerza vital que no conocía, desde las muñecas, desde las plantas de los pies.  Él era más fuerte que yo, sin duda. Pero mi alma quería sobrevivir, todo mi ser iba a luchar por la vida, por la hermosa vida que me esperaba. No me iba a dejar matar. Sus puños golpeaban fuertemente mi cara, recordé a mi papá, que siempre me decía, “cualquier cosa busca de pegarle en las bolas”, eso intenté, pero no podía, mi cuerpo inmóvil, plantado sobre la tierra, sólo podía resistir los golpes que estaba recibiendo. Le dije a Mili que fuera a buscar ayuda, ella atino a ir, pero  dio media vuelta, no podía dejarme sola con ese sujeto. Miles de sensaciones pasaron por mí ser en ese instante, en esa lucha por la supervivencia. Entonces inmortalicé todo lo que en mi niñez me había hecho daño, un gen antiguo recorrió  mi sangre, el impulso, el no pensar, lo esencial. Grité como nunca en mi vida había gritado antes, grité como si me sacará un demonio de adentro, la tierra parecía estar a punto de estallar en mil pedazos. Entonces el sujeto me soltó, mientras tanto Mili tenía una rama en la mano y estaba por pegarle en la cabeza. De repente los tres nos miramos y un silencio ocurrió. Se oyó un grito diciendo: “¿Qué pasa?”, entonces entendí que tenía que seguir gritando cada vez más fuerte, y grité, grité cada vez más y la  voz que llegaba de la casa de al lado, la casa de los chicos que había saludado, seguía exclamando: “¿Qué pasa?”. El sujeto se asustó, sus ojos se desorbitaron,  dio media vuelta y comenzó a correr. Nosotras nos miramos, y empezamos a correr para el lado opuesto, nunca había corrido tan rápido, comencé a rezar, a agradecer el estar viva. Entre los árboles pude ver a lo lejos a Ezequiel y Chispa. Me decían “Nati, ¿Qué pasa?” Nos recibieron en su casa, estaba iluminada y había fotos del bebé de Chispa y Pía. Nos dieron agua, hielo, mi ojo derecho sangraba. Brevemente pudimos explicar lo que había pasado, una heterogeneidad de sentimientos y sensaciones atravesaban todo mi ser. Volvimos con ellos a buscar la campera de Mili, había quedado tirada, “no nos quería robar”, decía ella. Estábamos agitadas, asustadas, shockeadas.  Y si, no nos quería robar, nos quería violar, pegar, maltratar, como miles de hombres violentan a sus mujeres a diario, sólo por ser físicamente más débiles. Mentes perversas, pensé en su madre, en cuándo él era un niño, cuánto habría sufrido ese niño  para llegar a ese grado de violencia, lo compadecí. Llamamos a la policía, los canallas nos miraron y preguntaron, : “Ah, y ustedes qué estaban haciendo ahí?”, como si la culpa fuera nuestra, como si el error fuera de nosotras, como si fuéramos unas insolentes que no leen los diarios, que no conocen el mundo de locos en el que vivimos, mundo de temores y violencia. No, simplemente me sentí una niña que acababan de despertar en este mundo, a fuerza de golpes y sangre.  La policía nos culpó, en el hospital, las enfermeras se sorprendieron de que dos chicas solas estuvieran mirando el atardecer en ese lugar. En esa tierra que me vio crecer, a pasos de la casa de amigos de la adolescencia. Sólo podía pensar en mi tía Mariume, quería avisarle que no se preocupara que estábamos volviendo,  intuía su desasosiego. Algo en el aire. Al salir del hospital vi a los policías en su auto, fumando un cigarrillo en la avenida, tranquilos, como si nada, y me afligió la idea de que otras chicas, podrían estar siendo maltratados por ese sujeto extraño en ese momento, otras chicas que quizás no podrían gritar. Y el policía seguiría pensando que es culpa de ellas, por inocentes, por provocadoras, por  ser mujeres en este mundo. De noche regresamos a lo de Mariume, ella miraba por la ventana, inquieta,  sabiendo de el mundo en el que vivía desde hace 95 años, y nosotras tan inocentes, con nuestros cándidos 24 y 26. Nos fuimos a dormir rápidamente sin dar mucha explicación, inventando alguna excusa. Junto a la almohada, las imágenes de violencia circulaban por mi cabeza y no me dejaban dormir, empero estaba agradecida, agradecida de la chance de seguir viviendo que nos habíamos permitido. Estaba viva. En el espejo, mi ojo golpeado me causaba temor, me sentía herida, desfigurada, no era la misma Nati de antés. Esa fue la noche más larga en muchas, dábamos vuelta, pensando cómo había podido suceder eso, cómo no habíamos escuchado esa atmosfera sensitiva llamada intuición, sin embargo habíamos salido del trance, habíamos pasado el desafío, eso era lo importante. Y, ¿ahora? Ahora seguía renacer. Volver a empezar todo de nuevo, intentar alertar sobre el sujeto, ir a la policía, hacer una denuncia, transitar el después. La mañana siguiente Mariume me preguntó que tenía en el ojo, le dije que me había clavado una rama. “Siempre tan distraída, Nati”, contestó ella mientras reía. El mundo no fue para mí, visto con los mismos ojos desde ese día. Algo había cambiado, algo se había fortalecido  para siempre. Entonces agradecí no haber dado un paso atrás, entonces agradecí el aprendizaje que me enseñaría qué es la felicidad verdadera, la vida. Lamentablemente en la comisaria no pudieron ayudarnos, la denuncia fue hecha, pero nunca se encontró el sujeto. Mientras esperábamos a ser atendidas, una mujer me preguntó qué nos había sucedido. Me contó  que antes ella viajaba sola, a dedo, tranquila. Ahora ya no, ahora el mundo se va reduciendo cada vez más a una jaula en la que reina el temor.  Y pensé que somos tantas, tantas, las niñas, mujeres, ancianas, madres, hermanas, que convivimos con la violencia, en un modo natural. A todas ellas les digo: esto no es natural, no hay que callar, hay que gritar, gritar tan fuerte hasta que retumbe toda la tierra y nos demos cuenta, que nuestro grito tiene el impulso de transformar la realidad, nuestro grito tiene la fuerza del alma y es esa fuerza la que nos protegerá. Algo en el aire me lo está diciendo.

miércoles, 3 de octubre de 2018

Estancia vieja


Chamánica tierra,
me recibes con la leyenda inmortal
de historias ancestrales...
El indio bamba que poetizará
Ataliva Herrera,
en un perfecto círculo de río...
Ciclos,
abriendo y cerrándose...
Fuego en ramas,
ardiendo la misteriosa noche..
Pájaros, acercándose a escuchar una canción.
Sol, bañando la mañana..
Caminatas entre gansos, patos, ovejas y caballos.
Atardecer desde el Aguaribay
pintando de rosa los gigantes,
atemporales cerros poderosos.
Un silencio aclarador me eleva
agradezco cada esfera.
Amor, amistad...
conversaciones al azar junto a una guitarra..
Cristales de agua arcoiris
chorréandose entre nuestras manos,
piedritas mágicas resuenan como un OM....
Perros compañeros,
luna y marte envueltos
en un portal de visiones...
zorros acercandose con dulzura..
transmitiendo un mensaje.
Agua florida
purificando el aire.






lunes, 13 de agosto de 2018

Cíclicas

Civilización de águilas emplumadas
bellas almas colibríes
en espacios sagrados,
centros iniciáticos..
tiempo en espiral cíclica..

Dioses y Diosas                                                                                                                                        imperfección y perfección
en su cosmovisión
América ancestral
canta hoy
el templo de lo inmortal...

Interior guerra
superación
sacrificio,
juego...

Cuestionando el paso de la línea...
hacía qué materias se dirige la humana cultura positiva?

Edades que retornan
en una tarde de Agosto
eclipse parcial de sol dejando ver
una línea de luz
mística proyección
en esta ocasión.

Fin de ciclo.

(unachichan)

sábado, 11 de agosto de 2018

Campos rosas

A veces,
inentendibles sentimientos
envuelven mi cuerpo.

Me convierto en un tronco que mira el piso..
nada más quiero mirar..

o el cielo al atardecer
cuándo la luz se va..

y todo se pone violeta-rosáceo..

Cuestan, si, algunas cosas cuestan más
mirar adentro, encontrar
alguna explicación..

me convierto en una nube blanca,
quiero volar
y no pensar...

es un instante que da vértigo
y sólo quiero
decirte a los ojos
o a la mente,
que seamos felices
alguna forma habrá...

y mientras lloro
y mientras lloran algunos,
por no entender,
algunas cosas que se escapan de la conciencia..

en algún otro lado
florecen campos rosas,

rosas hermosas,
como vos.

(unallama)

Artificio

Esta es la nueva era
tecnológica, virtual,
las distancias ya no existen
siempre y en cualquier lado
te puedo mirar.

Bienvenidos a la nueva era,
todo se ve
pero nada se toca,

Bienvenidas a la nueva era,
nada se escucha, nada se siente,
pero todo se sabe.

Ella encerrada en un cuarto,
pasa los días de su vida
intentando crear
inexistentes espacios.

Denle un poco de amor,
tacto y respiración.

Esta es la nueva era,
más unid@s y más sol@s
que nunca.

Cables eléctricos vuelan por el aire,
todo se sabe, nada se siente,
miren-nos: tod@s somos parte,
aprieten los botones y déjense llevar
por esta era,
era artificial.

(unatecnológia)

Fugas

He estado caminando
a lo largo de la orilla de un mar,
recuerdos de antes..

He bailado hasta el amanecer
luz del alba...
colores, claros, inocentes...

Tóxicas imágenes de sensaciones
del tiempo..
inundan..
la locura

..una vez más..
hasta cuándo?

...una vez más..
hasta cuándo?

y así hasta que despertemos
al instante eterno de girar y girar...
girar en espiral...

una vez más...
hasta cuándo?

...una vez más
hasta cuándo?

fugaz... fugaz...
fugas....

(unafugada)

lunes, 2 de julio de 2018

Acuario

Danzando entre agua azul,
el aire y el tiempo me alejan
de un mundo mecánico.

Busco en lo más intenso de esta
edad del sol
o
soledad,
una respuesta
para amar.

A veces,
un poco lejana a todo
dando vueltas por el cosmos
sin más ni menos
que por el arte de viajar,

abismada en el infinito,
de tu mano.

( unamedia)

domingo, 13 de mayo de 2018

Humanos, caminar a la luna?

Viajaron a la luna con sus relojes inciertos,
se estremecieron volando tan alto como en un desierto.
Persiguiendo su interminable sed de conquista,
 ilimitado desborde de ambición,
crearon su nave repleta de humo,
sinceras estrellas cubriendo su entorno,
les iban recordando lo inhumano de su acción.

En el ojo de ella,
luna esplendorosa brillando en lo infinito,
aterrizaron con desdén.
Su cara sangraba como un terraplén.

Como en un sueño,
durmieron sin poder ver..
la magia del universo en caras de ángeles,
cubriendo el aterciopelado horizonte lunar.

Por ese instante, la eternidad los rozó,
en planetas movedizos,
acariciando la sideral vida.

Al despertar, ansias de poder,
brillaban en sus ojos, rojos de querer.

Queriendo poseer, fueron desposeídos,
deslunados hacía el fondo de su planeta,
otra vez.
En el espacio,  la magia de los hongos cósmicos,
el encantamiento de los que habitan en otros planetas,
impide su entrada a humanos insidiosos, megálomanos,
lujuriosos...
La conquista aquí será siempre para ellos,
imposible.

https://www.youtube.com/watch?v=16Vw6GVns9Q

lunes, 30 de abril de 2018

Canciones del adiós...

"Poder decir adiós, es crecer".

Cristal, venía enferma de amor, y estaba tan herida,
como esa noche sangraba su alma.
Raúl la había observado desde adentro.
Esa noche,  ella sangraba por no entender la razón de la distancia con su hermana Numibia, la esplendorosa y bella bruja.
Fue el mar, quien con su reiterado  olear, a los tres calmó.
Arriba las estrellas, y al lado las historias que Raúl y Cristal se contaban, los juegos, la conexión, la  poesía, el sentir del sueño que en realidad él era, para ella.
Ella, siempre tan ida, tan perdida, tan en otro mundo, se sintió como nunca antes, por él, comprendida.
Se acompañaron mutuamente, sin saberlo,  y en una complicidad, callaron todo.
Numibia buceaba en el sueño de su estruendo interior, invitándonos a morir a las viejas ideas.
Mientras tanto,  Raúl y Cristal aprendían a caminar por la orilla, escuchando desde el fondo marino, el susurro de canciones, el cantar del tiempo.
Ella le confesó  que la vida siempre sigue, y que las cosas que se van no vuelven nunca... que en el mar la vida es más sabrosa, los límites se difuminan hacía un eterno horizonte inmortal.
Se perdieron un poco, reencontrándose en el  rallar yuca para el postre de navidad.                Cantaron una canción de esperanza en el amor, re-viviendolo en secretos, misterios indescifrables, actos.
Días después, él subiría a la sierra, ya nada volvería a ser como antes, en el pasar de las despedidas y los vientos.
Lo ajeno de la muerte se le iría develando, en el momento en el que dejará de ser ajeno.
El tiempo lo llevaría, años después,  a transcribir el cuento en un Planetario, donde, azarosamente, Cristal también descubriría las galaxias boreales , el camino para seguir curando.. Contemplando cómo las cosas que se van, a veces sí vuelven.
Quizás, una tarde de abril,  el viento los volviera a juntar, envueltos en lluvia de amor, mojando el silencio con gotitas de color.


https://www.youtube.com/watch?v=IVF6q-1XXws

miércoles, 7 de marzo de 2018

VIDA

El uso y abuso de la tecnología,
mientras que los inventores de toda esta nueva
técnica supercomunicativa
saben la destrucción que está generando
en la humanidad.
Asentimos con la cabeza y nos dejamos tranquilamente
robar, enfermar y malgastamos la energía
en máquinas sin alma.

Mirémonos más a los ojos
envíemos más telepatías..
las horas sagradas que no vuelven más
las saboreemos con alegría.

El arte y todo lo demás
es un estilo de vida.

(unalamat)

miércoles, 28 de febrero de 2018

Kaban

Bello día
de evolución
comandando el ser
nos reflejamos en el sinfín
de lo eterno
Naturaleza
péndulo
poesía
plumas de colibrí
bajo la lluvia
que nos bautiza
y sana
Encuentro de poetas
bajo la luna

(unapez)

jueves, 22 de febrero de 2018

Eterno y fugaz

Entender que somos una simple estrella fugaz
en medio del espacio,
un instante fugaz
que dura cien años...

Nada,
comparado con los fenómenos espaciales de la naturaleza..

Y son, quienes han podido ver esto
los que captaron mi atención..
o quizás los que fueron tocados con una varita mágica de algún Dios
existente... inexistente ...

Pero hay una sola realidad y es la que yo vivo todos los días
la que pasa por mis ojos............

(unanatiniña)

jueves, 8 de febrero de 2018

Devenir

En el círculo del tiempo
volvía a encontrar
el mismo impulso
ascendiendo en espiral...

por qué me mentí así?

por qué te creí?

cuándo y cuantas veces sucederá la misma historia?

Lágrimas que alejan
lo diábolico

mujeres corriendo con lobos

creciendo entre espinas
que abren la herida
sangre limpiando el adn
del linaje familiar

Grande y minúscula a la vez..
viviendo en el mundo del revés...

(unamujer)

Esqueleto espiritual

La perfección de cada estar
viaja como luz fulgurante

átomos de aire
mueven los árboles

todo habla de todo
el cuerpo, la mente, el sueño distante

la lejanía de lo social
destejiéndose entre la superficie humana
en silencio

Suena el latir de dulces cigarras
el aliento siente a través de mí

viajando, lento, lento , lento

luciérnagas en el bosque carmesí
viajando al viento...

ellas van llegando
alumbrando, andando por el vacío azul

tanta galaxia dentro,
se abre con lamento mutando el sentimiento

Toda la belleza de la hermosura
ondulando allá en el mar

y acá en el pasto....

Acá y Asha
Akasha