martes, 20 de octubre de 2020

Memorias

 El aroma a jazmín
y los mates amargos empujaban el instante,
con su sabor a efimeridad. 
Ella había encontrado su paz.
Miraba el atardecer con auriculares y música naif. 
Ella no necesitaba de nada, ni de nadie.
Se había amigado consigo
y disfrutaba
del sabor poético de su soledad. 

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