Como las hojas del viento, las palabras se hacen aire.
Belleza de ser, una sensación, este calor, día tras día,
inmersa en el dolor transformado y pospuesto por el esplendor.
Claras aguas del mañana, un aleteo que asciende...regalado.
Y el amor, en todo, se derrama en las sombras de tu cara.
Ay vidalita! Cuánto querer. Ay zambita! Cuántas mañanas, extrañándote.
Los caminos de paja escuchan caballos,
y arriba unicornios traspasan el cielo.
Soñando las niñas encuentran un sentir
que las despabile del porvenir.
Manzanas podridas, chocolate incandescente,
somos dulce de leche entre los tiempos.
Sola y su alma,
el alma despierta, infinita escalera.
Ay vidalita! Cuánto querer. Ay zambita! Cuántas mañanas, extrañándote.
(Si la moneda cae por el lado de la sol-edad, sácale el jugo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario