Una mujer, sensual y bella
camina por las calles vacías,
en busca de un paraguas
que hace días perdió.
La lluvia rosa cae ahora
sobre su cabello largo y le moja la nariz.
Ese paraguas multicolor,
ahí estaba tirado
sobre una inutil
situacion de esquina de ciudad.
Y al traspasar la puerta,
ella vislumbra todo el inofensivo paisaje terrenal
inundado de lluvia,
gotas doradas por el sol que empieza a ver,
renaciendo tras la montaña.
Transformandose en un estado permanente de armonía,
buscar , encontrar, olvidar
ya nada resultaba importante
más que contemplar
ese nuevo horizonte
que se desplegaba como el mar,
abierto, infinito, mar.
(unamujer)
No hay comentarios:
Publicar un comentario