La luna me despierta en medio de la noche,
en medio de mis sueños,
una luz blanca hace abrir los ojos.
Desde una pequeña ventana entreabierta se deja ver,
menguante, brillante y sonriendo,
emanando luz y alegria,
en la noche azul estrellada.
Siento que viene a saludarme y hablo con ella.
del amor, el compañerismo
y sus rayos atraviesan todo mi cuerpo.
Me siento en paz,
en una surrealidad ultrafugaz y bella.
Apoyo la cabeza sobre la almohada y contemplo desde ahí,
cómo cada instánte de esa luz blanca me purifica,
y me conecta con un gigante universo cósmico,
que gira alrededor de un sol.
Con los ojos entreabiertos,
para contemplarla un poco más,
observo, de repente unas pequeñas nubes negras:
comienzan a pasar sobre ella,
la envuelven, aunque ella se deja lucir.
Nos despedimos,
la veo desaparecer entre las nubes rojas, negras y grises,
y me sumergo en un profundo sueño
de amigos, casas nuevas, plantas y pasto verde.
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