Un camino hacia el abismo más profundo
donde poder encontrar la espiral.
Una sombra saluda y vuela por la ventana.
Un templo se abre con llave de estrella de Sirio.
La magia del misterio se colorea en mis dedos,
Y la luna, su luz de hogar pleno, su mirada nocturna,
cenizas de un fuego transformando el tiempo en la
sensación
de volver a ser.
Ella emprendió su vuelo fantástico,
su cuerpo ya no es alma.
Entre lágrimas de ensueño preparamos el ritual al mundo
intraterreno,
en una noche de San Juan,
cuando el solsticio nos lleva adentro,
a la tierra junto al cuarzo y el árbol de las ancestras.
Con luz de luna, canciones, aguaflorida y llantos entre
risas, parte,
acercándome a la fugacidad de la eternidad.
Ahora su forma se deforma en telas de araña
en rincones invisibles.
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